La década de los 80’s
La década de los 80’s es la de la Generación X , la que nació en los setenta, la que hoy necesita dos días para recuperarse de una fiesta. Reciben clases de ordenador de sus sobrinos y sobrinas, pero conocieron a Naranjito, a Maradona y Mayra: hasta aquí puedo leer. Crecieron con un espíritu crítico gracias a La Bola de Cristal y a Gloria Fuertes, y todo ello con dos canales de televisión. Jugaban con mucha imaginación y pocos coches, correteaban por las calles sin peligro, ni descanso y sin reloj.
Los años 80 marcan el surgimiento de la posmodernidad, una sociedad individualista que como los videoclips y la publicidad, vive de forma rápida e irreverente, una sociedad líquida al decir de Bauman, mucho más permeable y menos racional. En los ochenta, la contracultura surgida en los sesenta es asimilada por el capitalismo. En este contexto, la intertextualidad y el pastiche es tan importante para los artistas como la originalidad.
Grandes éxitos en vinilo destacaron en aquella época, como el tan famoso “Men in black” de ACDC, “Appetite for destruction” de Guns N’ Roses, “Thriller” de Michael Jackson, “Master of Puppets” de Metallica o el de Iron Maiden bajo el mismo nombre. En cuanto al rock alternativo, del otro lado del atlántico, llegó el post punk de los Pixies, Sonic Youth, B-52, R.E.M; con la new wave inglesa de The Smiths, The Cure, The Cult, The Sisters of Mercy, Stones Roses, Joy Division, Happy Mondays e Inspirial Carpets; que conectó con las últimas tendencias del sonido tecno bailable que llegaron desde Chicago. En los ochenta toda una generación interpretó su propia versión de la película 24 hours party people. Desde la provincia muchos DJ reflejaron aquella creatividad y el ambiente musical de La Hacienda de «Madchester» en locales como Barraca y Chocolate (Valencia), discotecas como APTC, Skandalo, Terapia, Medula (Alicante), El Límite (Murcia).
En cuanto al séptimo arte, destacan en los en los 80’s estrenos como: “El Resplandor”, del director Stanley Kubrick; el Episodio V de la famosa saga “Star Wars” o Guerra de las Galaxias, así como el estreno en España de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” del director Pedro Almodóvar.
El paso a los 90’s
Los noventa pasarán a la historia por imágenes como la salida de Nelson Mandela de la cárcel después de 27 años de clausura, así como, la independencia de Namibia o la caída del muro de Berlín. De hecho, para el historiador Eric Hobsbawm, el desmembramiento del bloque soviético marca el fin del siglo XX, el periodo más bélico de la historia de la humanidad que se inicia con la primera Guerra Mundial.
Los muros se vienen abajo e inicia una mayor comunicación a través de la tecnología e Internet, pues el “punto com” se populariza, casi al mismo tiempo que el fax, otra gran estrella de los 90’s. Enviar mensajes de texto se volvió una actividad común, así como la introducción de la palabra “faxear”, el nacimiento del copy art y la “faxmanía”.
Si en los ochenta triunfaron los sintetizadores, una década de excesos en todos los sentidos, en los noventa la música volvió a los orígenes cuando apareció Nirvana. Kurt Cobain rompió las normas establecidas con un rock potente, con un discurso grunge y desesperanzador que se convirtió en el grito de la generación de los noventa, la de Nirvana, la Brit Pop y el Indie español. Oasis y Blur entraron como una apisonadora en nuestro imaginario colectivo, pero además llegaron Suede, Pulp,… todos ingleses y todo bajo la etiqueta del Brit Pop. Influenciados por las corrientes anglosajonas, surgieron bandas españolas que se desmarcan de la estela de la «Movida» y que crearon una escena musical bajo la etiqueta de indie. Australian Blonde en «Historias del Kronen» marcó ese punto de inflexión que se consolidó con el primer Festival Internacional de Benicassim 1995. Aunque muchos de estos grupos cantaban en inglés por la influencia anglosajona, Los Planetas, El niño gusano, Nosotrash, Los Fresones Rebeldes, Los Piratas,… permitieron cantar a garganta abierta unas letras con las que se identificó plenamente toda una generación.
Somos conscientes de que la nostalgia supone la vuelta a un pasado hiperreal, que diría Baudrillard. Pero aún así, nos atrevemos a recuperar los recuerdos de aquellas décadas con la intención de recuperar, o más bien, reconstruir una parte de nuestra historia de vida en común.